NADIE DIJO QUE TRIUNFAR FUERA FÁCIL
- Planeta Soccer
- 30 abr 2019
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Por Javier Ferrús:
En una época en la que los jóvenes lo tienen más de cara para triunfar y explotan antes de acabar bachillerato, Mbappe, Sancho, Rashford... quería recordar a un futbolista que no lo tuvo tan fácil pero que finalmente es un “top ten” mundial.
Para empezar a hablar de Kevin De Bruyne nos tenemos que remontar al verano al 31 de enero de 2012, cuando el último día de aquel mercado invernal se oficializó el fichaje del media punta belga procedente del Genk por 8 millones de euros, aunque permanecería cedido en el club de Limburgo hasta que finalizase esa temporada.
En el verano de ese mismo año aterrizó en el club londinense y viajó junto a sus nuevos compañeros a la gira estadounidense donde debutó con los blues bajo los mandos de Roberto Di Matteo, al que no terminó de convencer, lo que hizo que saliese cedido una temporada a Bremen.
Tras una magnífica temporada en Alemania, donde anotó 10 goles y repartió otras 10 asistencia en 33 partidos, volvió al conjunto de Stamford Bridge para ponerse a las órdenes de José Mourinho.
Esa temporada fue un calvario para el belga, ya que a pesar de que sus actuaciones no fueron malas, solo llegó a disputar 9 partidos oficiales con el conjunto inglés y según ha revelado el futbolista recientemente en la plataforma Players’ Tribune, solo llegó a hablar con el técnico portugués en dos ocasiones y en una de ellas le pidió que le traspasasen en ese mismo mercado invernal.
El club aceptó y De Bruyne fue vendido al Wolfsburgo por 21 millones de euros.
Encajó a la perfección en el club desde el primer día y finalizó su primera media temporada en Alemania en quinta posición, aunque lo mejor estaba por llegar.
Temporada 2014/2015, tras haberse clasificado a la Europa League la temporada anterior, el equipo no se conformaba con repetirlo y aspiraban a más, y aunque parecía una utopía, quien sabe si podían repetir el primer puesto que lograron en la temporada 2008/2009.
Esta vez contaban con estrellas como Naldo, De Bruyne, Perisic, Dost o el campeón del mundo André Schürrle. Esa temporada acabo siendo histórica para el club y por lo tanto, también para su mejor jugador,Kevin De Bruyne, que fue nombrado mejor jugador de la Bundesliga, el equipo terminó segundo en la liga alemana y ganó la DFB-Pokal frente al Borussia Dortmund por 1-3, con un gol del belga.
Esta brillante temporada le sirvió para situarse como uno de los principales objetivos de mercado para los grandes equipos europeos y finalmente se acabó convirtiendo en el fichaje más caro de la historia de su actual club, el Manchester City por 74 millones de euros. Al principio este precio parecía desorbitado pero ahora viendo las millonadas que se están pagando por jugadores de nivel más bajo, resultó ser muy rentable.
En su primera temporada en la Premier League el belga tuvo un impacto inmediato bajo las órdenes de Manuel Pellegrini aunque por entonces todavía no era el interior que ha moldeado Pep Guardiola. Llegó desde Alemania como un media punta que necesitaba un 9 referencia para sentirse cómodo y el entrenador chileno tuvo que modificar su esquema habitual para dar cabida al belga junto a David Silva. Finalmente acabó jugando como media punta o en la banda derecha en alguna ocasión, pero no fue su mejor temporada a nivel de títulos ya que solo ganó la Copa de la Liga, aunque consiguieron la hazaña de llegar a sus primera y únicas semifinales de Champions League tras vencer al PSG con un gran gol del ex del Chelsea. Finalmente cayeron frente al Real Madrid por 1-0 en el global y Manuel Pellegrini acabaría abandonando el club para dejar su lugar a Pep Guardiola. Esa temporada el belga anotó 16 goles y repartió 12 asistencias, nada mal.
Y todo cambio en Manchester, llego “el filósofo”, como lo apodaría Zlatan, y Kevin De Bruyne no volvió a ser el mismo jugador. Con un centro del campo envejecido, algunos jugadores importantes como Milner o Yaya Toure perdieron peso en el equipo y De Bruyne tuvo que retrasar su posición a la de interior, de la que ya no se volvió a mover. Esta nueva posición le proporcionó una mayor participación y peso en el juego de los citizens y fue fundamental desde el primer día para el técnico español y para implantar su estilo de juego.
Guardiola quedó tan enamorado de él que confesó que De Bruyne era su ojito derecho y que era el único que podía sentarse en la mesa de Messi, y no estaba tan equivocado como la gente pensó en su momento.
Pero a nivel de títulos fue el peor año de su carrera, ya que no consiguió ningún trofeo y tanto él como el resto del equipo recibieron duras críticas, pero para críticas Pep Guardiola, del que se dijo que su estilo de juego estaba obsoleto y que era imposible implantarlo en Inglaterra; lo que no sabían es que simplemente llevaba su tiempo.
A pesar de la mala temporada a nivel colectivo, De Bruyne fue el mejor de la plantilla y anotó 7 goles y 21 asistencias, si 21 asistencias, no es que hayan leído mal.
Aunque las buenas temporadas son las que van acompañadas de victorias y títulos, y para eso había que esperar a la 17-18, la mejor temporada de su carrera, donde consiguieron demoler todas las marcas históricas de la Premier League y llegar a los 100 puntos. Además de la liga, también ganaron la Copa de la Liga derrotando al Arsenal 3-0, pero les quedó la espinita de caer ante un equipo de Championship como era el Wigan en FA Cup y ante el Liverpool por goleada en los cuartos de final de la Champions League. De Bruyne siguió mejorando su rendimiento como interior, demostró una mayor inteligencia dentro del campo y estuvo a punto de ganar el premio al mejor jugador de la Premier League, pero la descomunal temporada de Salah en Anfield se lo arrebató, además el belga acabó noveno en la carrera por el balón de oro. Esa temporada tuvo sus mejores registros históricos con 12 goles y 24 asistencias.
La temporada actual ha sido la más dura en su carrera, ya que a penas ha podido jugar por cuatro lesiones diferentes, ha jugado 30 partidos pero pocos de ellos completos por continuas recaídas y reapariciones. Sus registros por lo tanto son bajos para lo que nos tiene acostumbrados, 5 goles y 10 asistencias, pero nos dejó en la vuelta de los cuartos de final ante el Tottenham una de las mayores exhibiciones que se le recuerdan, con tres asistencias y una actuación descomunal, aunque no sirvió de nada.
Este es el resumen de la carrera de un joven belga que no lo tuvo fácil, pero que a pesar de que algunos no confiaran en él, con persistencia y lucha se ha convertido en uno de los mejores jugadores del mundo, que ojalá vuelva al nivel con el que nos deleitó la pasada campaña.
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